Dos desafíos. Tres prioridades

A lo largo de la historia, cada ser humano sobre la Tierra había tenido la oportunidad de tocar las estrellas. Todas las civilizaciones antiguas reconocían el valor de contemplar, conocer y estudiar el cielo nocturno. Como lo dice un informe de la Unión Astronómica Internacional:

El cielo nocturno oscuro es el portal de información a planetas, estrellas, galaxias, el Universo temprano y de relación entre la humanidad y el cosmos. Proteger y mejorar ese portal nos beneficia como profesionales, pero también como miembros de la familia humana.

Con tristeza, podemos afirmar que la luz artificial nocturna está opacando nuestra visión de las estrellas. La luz desperdiciada y mandada a la atmósfera produce un cielo brillante que impide el correcto estudio del Universo, el disfrute de los cielos oscuros, pero también, efectos negativos en la biodiversidad, la salud humana y la herencia cultural.

Por eso, la IAU, que reúne a más de 10 000 astrónomos profesionales de casi 100 países proyecta dos grandes desafíos y propone tres prioridades frente a la contaminación lumínica.

DESAFÍOS

Proteger nuestros portales de acceso al cosmos reduciendo el impacto de la luz dispersada y que llega a los observatorios astronómicos, tanto como sea posible.
La IAU afirma que el acceso al cielo nocturno oscuro es un derecho humano universal, por lo que la calidad de la iluminación en exteriores es un imperativo mundial.

Para lograr esto, se han determinado tres prioridades técnicas principales para el control del paisaje nocturno y en la actualidad se están implementando muchas campañas de difusión sobre la contaminación lumínica en todo el mundo:

PRIORIDADES

Luminarias cubiertas adecuadamente (pantallas cut-off)

La luz emitida por arriba de la horizontal tiene el mayor impacto en los observatorios alejados de las áreas urbanas. La luz emitida por arriba del horizonte de cada luminaria es energía desperdiciada y crea un brillo desproporcionado sobre un área urbana.

Gestionar el espectro (color adecuado)

La luz azul se dispersa inmediatamente y desajusta la sensibilidad del ojo humano en la misma proporción de la intensidad de la iluminación artificial exterior.

La luz roja llega más lejos y en la misma dirección en que se emite, creando un resplandor artificial a distancias muy grandes.

Prefiere los colores ámbar y con la menor energía posible, consistente con los requisitos necesarios de color.

Intensidad y tiempo de uso combinados con la aplicación

La intensidad de la luz coincide con la zona: en zonas comerciales y urbanas es muy diferente que en las rurales. En todas las áreas, pero especialmente en las urbanas hay poca o ninguna actividad desde las 2:00 a.m. hasta el amanecer. Por lo tanto, el uso de iluminación exterior, los espectaculares iluminados y los anuncios luminosos puede reducirse al mínimo. La activación por movimiento, incluso en las carreteras, es una prometedora acción en el futuro.